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Cuando tienes un talento, aptitud o capacidad que te distingue del resto, siempre existe la pregunta: - ¿y cómo descubriste que eras buena en esto?, - ¿cómo llegaste a desarrollarlo?, - Y créanme que es una muy difícil pregunta, aunque parezca sencilla, porque haces un viaje mental hacia tu pasado y tratas de encontrar aquél momento que pudo darte un indicio de que eras buena o que tenías habilidad para algo y la verdad, yo, no encontré nada… jajaja… - o simplemente puedes decir: Fue por casualidad, algo fortuito que no tenía planificado. - y muchas veces es así, variadas cosas en la vida se dan por casualidad; un encuentro, la amistad, el amor…Bueno, a los 31 años las cosas son distintas, creo yo, piensas que tu vida ya está casi resuelta, que por estar casada y tener hijos lo más sorpresivo y nuevo que puedes experimentar es la redecoración de tu casa, cambiar el auto, gozar las gracias y logros de tus hijos y vivir a través de sus vidas por un buen tiempo... entonces aparece este alguien y te dice: hey! eres buena en esto, tienes un talento! ¿Porque no te atreves y lo desarrollas?, entonces sientes un remezón y tu cabeza hace clic y te das cuenta que si hay algo más por hacer, que ésta, llamémosla casualidad o destino, te está regalando un mundo de nuevas aventuras y posibilidades y está en uno tomarlas o desecharlas y yo a esta edad ¡ni loca de hacerme la indiferente!… y todo esto te dice a gritos que puedes dejar en este mundo una huella… un algo… y que a pesar de que las casualidades existen y creo también en el destino, al final uno es el arquitecto de su propia vida, por más cursi que suene… - Pero independiente de todo, siempre existe ese alguien que te inspira y te empuja a ser alguien mejor, a ser ambiciosa, a no quedarte estancada mientras los años te van comiendo la vida y la ves pasar a través de tus ojos…Ese alguien cree en ti y tú también terminas creyendo.

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